La diástasis abdominal es una afección común que afecta principalmente a mujeres después del embarazo, pero puede manifestarse en cualquier persona. Muchas veces es una condición que pasa desapercibida, ya que sus síntomas se confunden con molestias abdominales generales o simplemente con los cambios físicos que ocurren después del embarazo. Sin embargo, esta afección no solo tiene un impacto estético, sino también funcional, afecta la estabilidad del núcleo corporal y contribuye a otros problemas de salud como dolores de espalda o disfunciones del suelo pélvico. Pide cita con nosotros si necesitas una revisión y ver el estado abdominal.
Vamos a profundizar en qué es la diástasis abdominal, qué factores la causan y cómo se puede tratar, ya sea a través de fisioterapia o, en casos más graves, mediante cirugía.
¿Qué es la diástasis abdominal?
La diástasis abdominal es la separación de los músculos rectos del abdomen, lo que se conoce como «abdominales separados». Estos músculos, que se encuentran a ambos lados del abdomen, se separan debido al estiramiento o debilitamiento del tejido conectivo que los une en la línea media del cuerpo, llamada línea alba. Esta separación puede ocurrir en diferentes niveles del abdomen: supraumbilical, umbilical o infraumbilical.
Esta condición se vuelve problemática cuando la distancia entre los músculos rectos es mayor a 2.5 cm, afectando tanto la funcionalidad como la estética del abdomen. Aunque cualquiera puede sufrir diástasis, es especialmente común en mujeres embarazadas y en el posparto debido a los cambios que el cuerpo atraviesa durante la gestación.
Abdominales separados durante el embarazo: ¿Por qué ocurre?
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una gran cantidad de cambios para acomodar al bebé en crecimiento. A medida que el útero se expande, la presión en la cavidad abdominal aumenta, lo que estira los músculos y tejidos del abdomen. Esto puede resultar en la separación de los músculos rectos del abdomen, dando lugar a lo que conocemos como diástasis abdominal.
Factores como embarazos múltiples, un bebé de gran tamaño o una musculatura abdominal débil antes del embarazo aumentan las probabilidades de desarrollar diástasis. De hecho, estudios recientes indican que hasta el 66% de las mujeres embarazadas experimentan diástasis en el tercer trimestre.
Diástasis abdominal posparto: Una realidad para muchas mujeres
Después del parto, la diástasis abdominal no siempre desaparece por sí sola. De hecho, entre el 30% y el 60% de las mujeres continúan teniendo diástasis en el posparto. Esta condición no solo afecta la apariencia del abdomen, que puede verse flácido o abultado, sino que también puede tener un impacto negativo en la función del núcleo abdominal. Esto puede derivar en problemas posturales, dolor de espalda y disfunciones del suelo pélvico.
Es fundamental que las mujeres que han dado a luz, especialmente aquellas que experimentan síntomas como un abdomen protuberante o dolor en la zona abdominal, busquen una evaluación adecuada para determinar si tienen diástasis abdominal posparto.
Factores de riesgo para desarrollar diástasis abdominal
Aunque el embarazo es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar diástasis, existen otros factores que pueden contribuir a esta condición. Algunos de los más comunes incluyen:
- Aumento de peso: El exceso de peso aumenta la presión dentro de la cavidad abdominal, lo que puede dañar la línea alba y favorecer la separación de los músculos abdominales.
- Ejercicio abdominal excesivo o inadecuado: Hacer ejercicios de abdomen incorrectamente o de forma excesiva puede generar una sobrepresión en la zona abdominal, contribuyendo al debilitamiento del tejido conectivo y provocando diástasis.
- Cargar objetos pesados: Levantar y cargar objetos pesados de manera regular o con una técnica inadecuada puede generar una sobrecarga en la musculatura abdominal, promoviendo la aparición de diástasis.
¿Cómo identificarla?
El síntoma más característico de la diástasis abdominal es la apariencia abultada o flácida del abdomen, especialmente cuando se realiza algún esfuerzo como levantarse de la cama o hacer ejercicio. Sin embargo, este no es el único indicativo de que alguien sufre esta afección. Otros síntomas comunes incluyen:
- Sensación de debilidad en la pared abdominal.
- Dolor de espalda, debido a la falta de soporte del núcleo abdominal
- Problemas digestivos, como hinchazón o estreñimiento.
- Disfunciones del suelo pélvico, como incontinencia urinaria o prolapsos.
- Dolor o incomodidad en la zona pélvica o abdominal al realizar movimientos bruscos.
Si notas alguno de estos síntomas, es importante que acudas a un profesional de la salud, como un fisioterapeuta, para que realice una evaluación y te oriente sobre los pasos a seguir.
Técnicas de fisioterapia para la diástasis abdominal
- Programa de estabilidad profunda del núcleo: El fortalecimiento del núcleo es fundamental para corregir la diástasis abdominal. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios centrado en la estabilidad profunda del core, que involucre músculos como el transverso abdominal, el suelo pélvico, los multífidos y el diafragma. Estos ejercicios mejoran la función del núcleo sin poner presión innecesaria sobre los músculos rectos del abdomen, lo que es crucial para evitar el agravamiento de la separación.
- Gimnasia abdominal hipopresiva: Esta técnica se centra en la reducción de la presión intraabdominal y es especialmente útil en personas con diástasis abdominal. Los ejercicios hipopresivos implican una serie de posturas y respiraciones controladas que activan de manera eficaz los músculos del suelo pélvico y el transverso abdominal, contribuyendo a reducir la separación muscular. Estos ejercicios son seguros tanto durante el embarazo como en el posparto y han ganado mucha popularidad como tratamiento para la diástasis.
- Contracciones voluntarias del suelo pélvico (Ejercicios de Kegel): Los ejercicios de Kegel, conocidos por fortalecer los músculos del suelo pélvico, también juegan un papel importante en la recuperación de la diástasis abdominal. Estos ejercicios ayudan a mejorar la coordinación muscular entre el abdomen y el suelo pélvico, lo que refuerza el núcleo y promueve una mejor estabilidad general del cuerpo.
- Contracciones isométricas del abdomen: En casos de diástasis leve, las contracciones isométricas, que implican la activación del músculo sin realizar un movimiento visible, pueden ser muy beneficiosas. Estos ejercicios se enfocan en fortalecer el transverso abdominal, el músculo más profundo del abdomen, ayudando a corregir la separación sin causar tensión excesiva en la línea alba.
- Reeducación pelviperineal y propioceptiva (Método 5P): Este enfoque utiliza la reeducación corporal para mejorar la conciencia postural y el control del núcleo. El Método 5P combina diferentes técnicas, como la estimulación neuromuscular y la propiocepción, para ayudar al paciente a recuperar el control sobre la musculatura abdominal y pélvica. Este método se ha utilizado con éxito en mujeres posparto que buscan una recuperación integral de la diástasis abdominal.
- Electroestimulación neuromuscular: En algunos casos, los fisioterapeutas utilizan dispositivos de electroestimulación para activar y fortalecer los músculos abdominales que pueden estar debilitados o atrofiados debido a la diástasis. La electroestimulación permite una contracción más intensa y controlada.